El ahorro de energía se ha convertido en uno de los objetivos prioritarios de las políticas de la Unión Europea por motivos de sostenibilidad y de lucha contra el cambio climático. Además, en España el precio de la electricidad se ha disparado un 40% en los doce primeros días de 2019 respecto al mismo periodo del año pasado. De la media de los 45,11 € por megavatio hora (MWh) del año 2018 hemos pasado a los 62,87 €. Hay que añadir que el coste del kWh que provee la red eléctrica tradicional ha aumentado en más de un 70% en los últimos 5 años. En este contexto debemos trabajar para lograr el máximo ahorro de energía posible.
En la actualidad, los costes de compra de la energía de la red se sitúan, aproximadamente, en más de 20 céntimos de €/kWh para el cliente residencial y en 10 céntimos de €/kWh para un cliente industrial. En cambio, con una instalación de autoconsumo, los costes de producción están entre 0,3 y 0,5 céntimos de €/kWh, en función del tamaño de la instalación. Ante estos datos y esta tendencia imparable se hace imprescindible adoptar medidas que impulsen el ahorro de energía.